La liofilización es un método clásico para la separación de agua u otros solventes bajo condiciones extremadamente cautelosas. Mediante un vacío bajo, el estado físico es por debajo del punto triple y el solvente pasa directamente al estado gaseoso. Las desventajas son el largo tiempo de procesamiento y el consumo de energía resultante. Ahora es posible también realizarlo en pequeña escala, utilizando el horno de vidrio B-585, combinándolo con un condensador, refrigerado por un circulador, o mediante una trampa fría refrigerada por hielo seco, y mediante una bomba potente. Un tubo especial liofilizador es insertado en el horno. El tubo liofilizador se encuentra en el vacío bajo, y aislamiento previene un posible sobrecalentamiento local causado por convección. La radiación térmica es distribuida homogéneamente al producto induciendo una reducción significante del tiempo de proceso. El espacio de la muestra cuenta con una excelente visibilidad a cualquier momento durante todo el proceso y el ángulo del tubo de calefacción es ajustable libremente entre una posición horizontal hasta vertical. Con estas características es apto para liofilizar pequeñas cantidades de muestras para estudiar su comportamiento y planificar su liofilización a mayor escala.